sábado, 1 de marzo de 2008

LOS PSICORRIGIDOS

Febrero 29 de 2008

Los 'psicorrígidos' tienen una mente simple, superficial y sin pensamiento creativo

No está mal aferrarse a las creencias, convicciones e ideas. Lo complicado es no ver más allá de la propia 'sabiduría'.

Así que si alguna vez en su trabajo o familia lo han tildado de 'psicorrígido', por algo será.
Sobre el tema, el psicólogo Walter Riso acaba de publicar 'El poder del pensamiento flexible', que divide las mentes en rígidas, líquidas y flexibles. ¿Ha pensado en qué grupo está usted?
Lo cierto es que si no se ha encontrado el punto de equilibrio, tanto el acartonamiento como la indiferencia resultan insufribles.

¿Qué determina que una persona se comporte de una u otra manera? Walter Riso sostiene que el factor que determina el tipo de mente es el aprendizaje y el sistema educativo en general, la tendencia heredada es mínima.

"Pero es común que los que tienen padres rígidos terminen siendo rígidos". Normalmente, eso se puede empezar a ver desde los 12 años, cuando se tiene un criterio más moral sobre la vida.
A su juicio, una mente rígida es impenetrable, no está preparada para someterse a discrepancia, es arrogante, se cree poseedora de la verdad y es altamente resistente al cambio.
"Son mentes dogmáticas que se niegan a revisar sus creencias, a dudar de sus principios y rechazan cualquier información. Son personas serias y amargadas, a quienes no les gusta la lúdica. Por otro lado, son normativas y conformistas: se apegan a la tradición y al pasado y por eso están condenadas a repetir", afirma.

Y aunque no lo parezca, la mente rígida, si profundiza, podría entrar en contradicción. Y ahí no termina el asunto, además de lo anterior se identifican porque son mentes prejuiciosas, autoritarias, les gusta el abuso del poder y, con frecuencia, se vuelven agresivas con el que las pone entre la espada y la pared. La duda y la revisión son procesos peligrosos.
Lo peor de todo, según Riso, es que esta actitud genera problemas psicológicos, estrés, trastornos de ansiedad y, en consecuencia, menor calidad de vida.

En lo laboral"Se trata de un problema social" que en lo laboral, también suele crear un clima negativo. "Es el caso del jefe perfeccionista y rígido que ve una amenaza en las iniciativas de los otros, tiene miedo a verse desactualizado y pánico a los cambios. Por eso, con frecuencia, empieza a ejercer el poder de manera injusta y no es democrático". Lo peor es que no es consciente de que hoy manda, pero mañana será otro.

Agrega que "una mente rígida es perfecta para un trabajo de control de calidad de algún material radioactivo porque ante la creatividad, no funciona".

Es por eso que cuando se trata de escoger alguien para manejar una organización, lo lógico es que no elijan personas con mente rígida. Está comprobado que los prefieren atrevidos, arriesgados y que sepan delegar. El rígido normalmente se ofende si alguien no está de acuerdo con sus ideas y es incapaz de trabajar en grupo.

En una sociedad como esta, no es raro que existan mentes así, dice el psicólogo, "es el mundo de las certezas, de lo que confunden con seguridad y termina convirtiéndose en arrogancia".
Hay un claro perfil para estas personalidades, que quieren tener todo bajo control y es que suelen ser cerradas al cambio, la duda y la revisión. Para ellas, no es más que 'flojera', pero en el fondo la reacción es resultado del miedo a estar equivocado, a perder estatus o autoestima o a no estar preparado para afrontar las exigencias que traen el cambio y lo desconocido.

Lo cierto es que el pensamiento es como una U en las distintas etapas de la vida: en la niñez se es rígido y egocéntrico; en la adultez, más flexible (no siempre) y con los años se vuelve a la rigidez. Entre más pasan, mucho peor, "hay más seguridad, se tiene mayor poder y también hay refuerzo social".

El libro Para Walter Riso, 'El poder del pensamiento flexible' nació de su necesidad de que las personas comprendan la flexibilidad mental como un estilo de vida. Para él, las mentes rígidas se han convertido en un problema y detrás de los trastornos sicológicos hay siempre una manera de procesar la información estricta y una forma complicada que impide adaptarse a la realidad.
Agrega que en sus consultas ve sufrir a muchos por esa causa. "Encontramos que las personas que son rígidas son personas que se enferman más, que generan violencia a su alrededor; que no son capaces de tener un mejor estilo de vida".

Los colombianos no son cuadriculados

El psicólogo Walter Riso afirma que aunque no tiene datos estadísticos, los colombianos no son tan rígidos. Lo dice por su experiencia en terapias, docencia e investigación.
Afirma que es un error pensar que las personas conservadoras sean rígidas. "Y esto lo digo porque muchos sectores de la población colombiana son conservadoras en cuanto a sus creencias. Las investigaciones muestran en esto sí, que ser conservador no implica ser rígido. Hay conservadores que son flexibles y revisan. Yo pienso que algunos grupos sociales pueden ser rígidos, pero el colombiano medio, pese a no tener inmigración de otros países, no es rígido".
El colombiano tiene humor, es amable, no es conformista, maneja algunos prejuicios pero no es tan extremo.El 'cuadriculado'

Ser de pensamiento 'rígido' no solo cae mal en las relaciones sociales, sino que trae consecuencias. Estas son algunas de ellas: Niveles altos de estrés y depresión

Baja tolerancia a la frustración: no hay mente rígida que no haga pataleta.

Angustia por no tener el control total de las cosas.

Malas relaciones interpersonales: el autoritarismo y el prejuicio que acompañan la rigidez mental generan malestar, rechazo y agresión.

Dificultades en la toma de decisiones: la persona rígida suele inmovilizarse cuando los imponderables aparecen.

Déficit en la resolución de problemas: debido a que ven el mundo en una sola dimensión.

Alteraciones laborales, sexuales, afectivas y demás, porque toda persona rígida busca un perfeccionismo inalcanzable.

Miedo a cometer errores y miedo al cambio.

Dificultades en su crecimiento personal, porque viven ancladas al pasado y a los 'debería'.
Los pies en la tierra

No creerse dueño de la verdad y ser abierto al cambio, tiene beneficios.

Las relaciones interpersonales son amables y constructivas porque la gente no se siente amenazada.
La persona flexible no pretende ganar o tener la razón a cualquier precio.


Vive en paz consigo misma, no se siente violentada ni le impone al mundo una estructura determinada de pensamiento.

Las cosas fluyen sin tantos requisitos: la solución de problemas y las decisiones se dan con facilidad.

Los niveles de estrés y de depresión bajan.

La mente abierta sabe perder y no se aferra a los imposibles. Funciona con los pies en la tierra.
Las mentes flexibles crecen y desarrollan su potencial porque no están interesadas en verdades consumadas.

La risa y el humor forman parte de la vida cotidiana de las personas flexibles.

Los niveles de prevención y desconfianza bajan ostensiblemente.

Cuando existe flexibilidad, hay más amigos, que enemigos, más compasión que indiferencia, más amor que guerra.

Ser flexible mejora el sueño y todas las actividades somáticas, porque la vida se concentra en lo que vale la pena .