Las orejas del lobo
Preocupante situación la que se está viviendo en Estados Unidos por la crisis inmobiliaria y de las hipotecas low cost. Grandes recortes de empleo y previsiones de ir a peor. Preocupante, más que por lo que pueda pasar en aquel país, por lo que sucederá en el nuestro. En cualquier caso, Europa debe empezar a prepararse, porque EE.UU. es el espejo en el que nos miramos.
Y lo peor de todo es que los que nos politiquean dicen que no tiene por qué llegar la cosa a España, o que, si llega, no afectará en la misma medida. Si se atienden a todas las informaciones, declaraciones y previsiones de los últimos días al respecto, la confusión va creciendo.
El ministro de economía afirmaba hace pocos días que España se encuentra en una situación de incertidumbre, y que en economía eso es malo. También el comisario europeo Almunia se refería a los efectos de la crisis como que podían ir más allá de lo conocido hasta ahora, es decir, mucho paro, muchísimo paro, recortes y más recortes. Desde el anterior “es decir”, todo lo que sigue es de mi cosecha.
Por su parte, el PSOE, a través de su portavoz en la cámara baja, Diego López Garrido, ha pedido al gobernador del Banco de España que acuda al congreso a explicar la situación del sistema financiero español, y confía en que esta explicación demuestre el gran momento de la economía española. Ese aviso de que “confía en que…” suena a advertencia: A ver qué cuentas.
Todo porque el primer partido de la oposición –algunos afirman que el único-, señalaba que la economía española había entrado en una fase de recesión tras los datos del aumento del paro en el mes de agosto.
¿A quién creer? Los que han pasado a engrosar las listas de parados después del verano lo tendrán claro. Los que empiezan a tener dificultades para afrontar el pago de las hipotecas, también. Los que no encuentran un trabajo digno, también. Los que no lo encuentran ni siquiera indigno, también. Los que acaban de pedir un crédito al consumo, más aún. Los que ven su puesto de trabajo peligrar por las deslocalizaciones, puede que también lo tengan claro… y así muchos. Y también habrá muchos, pero bastantes menos, a quienes no les importará en absoluto el mercado hipotecario e inmobiliario americano.
Independientemente de a quién hacer caso –cada uno ya es mayor como para saber a quien creer-, creo que el mercado de trabajo se va a resentir bastante. Y saldrá adelante nuevamente en unos meses. Y no hace falta ser un visionario ni un analista económico para llegar a esa conclusión. Simplemente hay que remontarse meses atrás para comprobar ciertos factores, incluidos los relativos a empleo, que han afectado a nuestro sistema financiero.
No sé si se podría equipar la situación al crack del 29, a la crisis del petróleo, a las guerras mundiales, a las de Irak… pero de que afectará de manera grave al empleo no tengo la menor duda. No sólo al que se destruirá, sino al que no llegará a crearse.
Es más, que el ministro de economía nos haya dejado ya alguna píldora de aviso de lo que se cierne sobre nuestras cabezas y el portavoz en el congreso de su mismo partido nos quiera tranquilizar con que esta recesión son simples falacias de la oposición –seguro que por cercanía de las elecciones generales- me hace pensar que muy pronto, bajo las orejas, empezaremos a ver la cabeza del lobo, y que, como siempre, los que nos politiquean –unos y otros- nos vuelven a tratar como simples votantes de los que hay que acordarse cada cuatro años.
Ojala que pase pronto.
Enrique Navarro Quijano - Director de RRHH Digital
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